LOS PORTADORES DE OXÍGENO.En la fotografía, millones de glóbulos rojos se agrupan en una vena del hígado. Cada día, en la médula ósea se producen dos billones de estas células. Su función principal es la deintercambiar oxígeno por dióxido de carbono en los tejidos. Conocidos también con el nombre de 'hematíes', la sangre de un hombre adulto suele tener entre 4,5 y 5 millones y la de una mujer adulta entre 4,2 y 5,2 millones.
ASESINAS NATURALES.Las células NK, del inglés 'Natural Killers', son un tipo de glóbulos blancos destinados a la protección del organismo. Parte fundamental del sistema inmunológico de los seres humanos, estos linfocitos NK atacan a las células cancerígenas y a las que están infectadas por un virus. Al entrar en contacto con una célula cancerosa, el linfocito libera una composición química que hace 'estallar' al 'enemigo', eliminando la amenaza que éste representaba.
CÉLULAS NERVIOSAS.Más conocidas como neuronas, el sistema nervioso contiene millones de ellas. Para poder transmitir el impulso nervioso, las neuronas se componen de dendritas -una serie de ramificaciones que contactan con las otras células para recibir la información-, cuerpo neuronal -que procesa los datos recibidos- y axones -unas prolongaciones que transmiten el mensaje ya procesado-. La neurona de la imagen pertenece a la capa exterior del cerebelo, una zona del cerebro en la que se regula la actividad muscular y la coordinación.
EL ESMALTE DE LOS DIENTES.El tejido epitelial se encarga de proteger nuestro cuerpo de las agresiones externas formando una especie de barrera. Esta fotografía muestra la sección de un diente. En ella se puede ver la capa de células epiteliales (en verde), encargada de producir el esmalte que protege nuestra dentadura (la parte amarilla, en la zona inferior de la imagen). El esmalte es la sustancia más fuerte producida por los mamíferos.
INTESTINO DELGADO .Es la parte más larga del sistema digestivo, pudiendo llegar a medir hasta ocho metros. Por este motivo, se dobla formando una serie de pliegues que aumentan el área de absorción de los nutrientes que proceden de los alimentos ingeridos. En la imagen se contempla cómo el tejido conectivo (en marrón) sostiene las células epiteliales (en rojo).
EL ESQUELETO HUMANO .El cuerpo de un adulto se compone de 206 huesos que aportan protección y apoyo estructural. Las uniones entre los huesos son las que permiten el movimiento en una o varias direcciones. Sólo en el cráneo hay 22 huesos, muchos de ellos huecos, que además de proteger el cerebro albergan los órganos de la vista, el olfato y el oído.
PAPILAS GUSTATIVAS.La lengua se compone de una serie de células conectadas a fibras nerviosas que se encargan, entre otras tareas, de percibir el gusto de los productos. Aunque principalmente se encuentran en la lengua, también aparecen en el paladar y la faringe. Un humano adulto tiene unas 10.000, aunque se irán perdiendo con el paso de los años. En la imagen se puede ver la clase más común de papilas gustativas, las filiformes, que ayudan a procesar la comida y transmiten información táctil al cerebro.
EL ESTÓMAGO.Este órgano del sistema digestivo está envuelto por una serie de células que segregan mucosidad. Esta sustancia protege al estómago del ácido gástrico, ayuda a triturar los trozos más fuertes de comida y mata a las bacterias perjudiciales que, en ocasiones, entran en el organismo a través de los alimentos.
EL APÉNDICE . Este tubo con forma de gusano se cree que en algún momento pudo haber formado parte del proceso digestivo pero, hoy por hoy, no desempeña ninguna función en el organismo humano. En los animales herbívoros está involucrado en la digestión de la celulosa. Su inflamación se denomina apendicitis y su extracción es una de las operaciones quirúrgicas más frecuentes.
PLAQUETAS. En realidad no son células sino fragmentos de células de la médula ósea que se pueden encontrar en el torrente sanguíneo. Cuando están inactivas son ovaladas o redondas. Al ponerse en funcionamiento desarrollan una serie de extensiones que ayudan a reparar los daños en las paredes de los vasos sanguíneos. Además de esta función curativa, las plaquetas transportan una sustancia llamada serotonina que contrae dichos vasos.
LIMPIANDO LOS PULMONES. Al igual que sucede en la tráquea, los bronquiolos del pulmón están recubiertos por una membrana mucosa formada por células epiteliales (en marrón) de las que sobresalen unos delgados filamentos llamados cilios (en verde). Sus rítmicos movimientos van recogiendo las bacterias y las otras partículas capturadas por la mucosa y las trasladan hacia la garganta, desde donde serán expulsadas.
FÁBRICA DE ESPERMA. Una sección del testículo permite observar las colas (flagelos) de espermatozoides en formación (en azul y rosa) en los túbulos seminíferos, que es donde se fabrican. El ritmo de producción es extraordinario: en torno a 1.000 por segundo. Los gametos masculinos se desarrollan a partir de las células que se encuentran en la pared de estos túbulos, que también contienen células que alimentarán a estos pequeños espermatozoides.
EL EMBRIÓN MORA. Tres días después de la fecundación, el óvulo fecundado ya se ha dividido en un grupúsculo de ocho células redondas denominado mórula (que en latín significa mora). Las estructuras esféricas más pequeñas (en el centro hacia la derecha y a la izquierda) seguirán dividiéndose. En este momento, la mórula todavía está en la trompa de Falopio y comienza a abrirse camino hacia la matriz. Si las condiciones son propicias, se implantará en la pared uterina y continuará su transformación en un individuo compuesto por miles de millones de células.
LAS CÉLULAS MÁS LARGAS. Cada una de estas fibras está formada por varios axones, las largas prolongaciones del cuerpo de la neurona que transmiten las señales nerviosas de una célula nerviosa a otra o bien a tejidos periféricos como un músculo o una glándula. Algunos axones son tan largos como la propia médula espinal, lo que los convierte en las células más largas del organismo.
GLÓBULO BLANCO. El glóbulo blanco o leucocito de la imagen es rodeado por bacterias que pueden causar forúnculos y envenenamiento. Este tipo de glóbulos blancos se encuentran en distintos tejidos del organismo, no sólo en la sangre. Su misión es destruir a los agentes patógenos (causantes de las enfermedades) como las bacterias y lo hace tragándoselas y digiriéndolas como enzimas.
UN MACRÓFAGO. Una célula blanca macrófaga engulle en la fotografía una bacteria (en color azul). Una vez que la célula tenga al patógeno dentro de su citoplasma -región celular situada entre la membrana plasmática y el núcleo- la digerirá en forma de enzimas (proteínas). Los macrófagos se suelen acumular en las zonas donde hay una infección bacteriana. En algunos casos las toxinas segregadas por la bacteria matan a los glóbulos blancos, que licuan y, junto con la bacteria ya muerta, forman pus.
ASESINAS NATURALES.Las células NK, del inglés 'Natural Killers', son un tipo de glóbulos blancos destinados a la protección del organismo. Parte fundamental del sistema inmunológico de los seres humanos, estos linfocitos NK atacan a las células cancerígenas y a las que están infectadas por un virus. Al entrar en contacto con una célula cancerosa, el linfocito libera una composición química que hace 'estallar' al 'enemigo', eliminando la amenaza que éste representaba.
CÉLULAS NERVIOSAS.Más conocidas como neuronas, el sistema nervioso contiene millones de ellas. Para poder transmitir el impulso nervioso, las neuronas se componen de dendritas -una serie de ramificaciones que contactan con las otras células para recibir la información-, cuerpo neuronal -que procesa los datos recibidos- y axones -unas prolongaciones que transmiten el mensaje ya procesado-. La neurona de la imagen pertenece a la capa exterior del cerebelo, una zona del cerebro en la que se regula la actividad muscular y la coordinación.
EL ESMALTE DE LOS DIENTES.El tejido epitelial se encarga de proteger nuestro cuerpo de las agresiones externas formando una especie de barrera. Esta fotografía muestra la sección de un diente. En ella se puede ver la capa de células epiteliales (en verde), encargada de producir el esmalte que protege nuestra dentadura (la parte amarilla, en la zona inferior de la imagen). El esmalte es la sustancia más fuerte producida por los mamíferos.
INTESTINO DELGADO .Es la parte más larga del sistema digestivo, pudiendo llegar a medir hasta ocho metros. Por este motivo, se dobla formando una serie de pliegues que aumentan el área de absorción de los nutrientes que proceden de los alimentos ingeridos. En la imagen se contempla cómo el tejido conectivo (en marrón) sostiene las células epiteliales (en rojo).
EL ESQUELETO HUMANO .El cuerpo de un adulto se compone de 206 huesos que aportan protección y apoyo estructural. Las uniones entre los huesos son las que permiten el movimiento en una o varias direcciones. Sólo en el cráneo hay 22 huesos, muchos de ellos huecos, que además de proteger el cerebro albergan los órganos de la vista, el olfato y el oído.
PAPILAS GUSTATIVAS.La lengua se compone de una serie de células conectadas a fibras nerviosas que se encargan, entre otras tareas, de percibir el gusto de los productos. Aunque principalmente se encuentran en la lengua, también aparecen en el paladar y la faringe. Un humano adulto tiene unas 10.000, aunque se irán perdiendo con el paso de los años. En la imagen se puede ver la clase más común de papilas gustativas, las filiformes, que ayudan a procesar la comida y transmiten información táctil al cerebro.
EL ESTÓMAGO.Este órgano del sistema digestivo está envuelto por una serie de células que segregan mucosidad. Esta sustancia protege al estómago del ácido gástrico, ayuda a triturar los trozos más fuertes de comida y mata a las bacterias perjudiciales que, en ocasiones, entran en el organismo a través de los alimentos.
LA PARED DEL DUODENO.La primera zona del intestino delgado es el duodeno, un tubo en el que tiene lugar la mayor parte del proceso digestivo. Sus paredes se componen de una serie de pliegues (en azul) que incrementan la superficie de absorción y secreción. En el duodeno los alimentos se mezclan con la bilis expulsada por la vesícula biliar y con los jugos digestivos del páncreas. Su nombre procede del latín 'duodenum digitorum', que hace referencia a la creencia de que esta porción medía 12 dedos. Actualmente, su longitud se estima en 25 centímetros.
EL APÉNDICE . Este tubo con forma de gusano se cree que en algún momento pudo haber formado parte del proceso digestivo pero, hoy por hoy, no desempeña ninguna función en el organismo humano. En los animales herbívoros está involucrado en la digestión de la celulosa. Su inflamación se denomina apendicitis y su extracción es una de las operaciones quirúrgicas más frecuentes.
PLAQUETAS. En realidad no son células sino fragmentos de células de la médula ósea que se pueden encontrar en el torrente sanguíneo. Cuando están inactivas son ovaladas o redondas. Al ponerse en funcionamiento desarrollan una serie de extensiones que ayudan a reparar los daños en las paredes de los vasos sanguíneos. Además de esta función curativa, las plaquetas transportan una sustancia llamada serotonina que contrae dichos vasos.
LIMPIANDO LOS PULMONES. Al igual que sucede en la tráquea, los bronquiolos del pulmón están recubiertos por una membrana mucosa formada por células epiteliales (en marrón) de las que sobresalen unos delgados filamentos llamados cilios (en verde). Sus rítmicos movimientos van recogiendo las bacterias y las otras partículas capturadas por la mucosa y las trasladan hacia la garganta, desde donde serán expulsadas.
FÁBRICA DE ESPERMA. Una sección del testículo permite observar las colas (flagelos) de espermatozoides en formación (en azul y rosa) en los túbulos seminíferos, que es donde se fabrican. El ritmo de producción es extraordinario: en torno a 1.000 por segundo. Los gametos masculinos se desarrollan a partir de las células que se encuentran en la pared de estos túbulos, que también contienen células que alimentarán a estos pequeños espermatozoides.
EL EMBRIÓN MORA. Tres días después de la fecundación, el óvulo fecundado ya se ha dividido en un grupúsculo de ocho células redondas denominado mórula (que en latín significa mora). Las estructuras esféricas más pequeñas (en el centro hacia la derecha y a la izquierda) seguirán dividiéndose. En este momento, la mórula todavía está en la trompa de Falopio y comienza a abrirse camino hacia la matriz. Si las condiciones son propicias, se implantará en la pared uterina y continuará su transformación en un individuo compuesto por miles de millones de células.
LAS CÉLULAS MÁS LARGAS. Cada una de estas fibras está formada por varios axones, las largas prolongaciones del cuerpo de la neurona que transmiten las señales nerviosas de una célula nerviosa a otra o bien a tejidos periféricos como un músculo o una glándula. Algunos axones son tan largos como la propia médula espinal, lo que los convierte en las células más largas del organismo.
GLÓBULO BLANCO. El glóbulo blanco o leucocito de la imagen es rodeado por bacterias que pueden causar forúnculos y envenenamiento. Este tipo de glóbulos blancos se encuentran en distintos tejidos del organismo, no sólo en la sangre. Su misión es destruir a los agentes patógenos (causantes de las enfermedades) como las bacterias y lo hace tragándoselas y digiriéndolas como enzimas.
UN MACRÓFAGO. Una célula blanca macrófaga engulle en la fotografía una bacteria (en color azul). Una vez que la célula tenga al patógeno dentro de su citoplasma -región celular situada entre la membrana plasmática y el núcleo- la digerirá en forma de enzimas (proteínas). Los macrófagos se suelen acumular en las zonas donde hay una infección bacteriana. En algunos casos las toxinas segregadas por la bacteria matan a los glóbulos blancos, que licuan y, junto con la bacteria ya muerta, forman pus.
CRISTALES DE ESTRÓGENO. Las estructuras azules son cristales de estradiol, la más potente de las seis hormonas de estrógeno que se producen naturalmente en el organismo y que estimulan el desarrollo del sistema reproductivo femenino y algunas características sexuales secundarias, como la formación de los pechos. El estradiol se segrega en los ovarios y es el principal encargado de controlar el ciclo menstrual.
CÉLULAS DEL PLEXO COROIDEO. La inflada punta de estas células, con forma de cerilla, segrega el líquido cefalorraquídeo que protege al cerebro y a la médula espinal de las conmociones. El líquido, que baña el exterior del cerebro y llena los cuatro ventrículos del encéfalo, se produce en los vasos sanguíneos conocidos como plexo coroideo. Si el flujo de este líquido se bloquea y se empieza a acumular, el cerebro se hincha y puede llegar a producirse la hidrocefalia, una condición bastante grave.
EL EPITELIO NASAL (20/22). Esta mucosa de la nariz atrapa las partículas odoríferas (las que huelen bien) y después las estructuras amarillas que parecen pelos las transportan al centro olfativo en la parte superior de la cavidad nasal. Únicamente el 5% del epitelio nasal está directamente relacionado con el sentido del olfato.
UNA MIRADA AL OJO. Esta sección del ojo muestra el iris (la zona entre verde y grisácea de la parte inferior de la foto), el anillo que controla la cantidad de luz que entra en el ojo. Las fibras que se observan por encima de él forman parte del cuerpo ciliar, que contiene los músculos que alteran la curvatura del cristalino y modifica el centro luminoso en la retina. El cuerpo ciliar también segrega el líquido conocido como humor acuoso, que ocupa el espacio entre la córnea y el iris así como la cavidad entre el iris y el cristalino
CONOS Y BASTONES. Una imagen de la retina muestra claramente los dos tipos de células fotorreceptoras que la forman. Las células amarillas son los conos, responsables de la visión en color mientras que las células blancas (en la parte inferior de la fotografía) se denominan bastones y son las encargadas de la visión en blanco y negro. Los bastones se conectan en grupo a las neuronas para producir una imagen general. Aunque mucho menos numerosos, los conos se unen de manera individual a las células nerviosas y forman una imagen detallada.
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